Playlist addict
¡Aqui no descansa nadie! Pasamos mil horas en el estudio, volvemos a casa para dormir un poco y volvemos otra vez, mil horas más. Afuera ha sido Navidad, como podía haber sido el Fin del mundo, que nosotros no nos enteramos de nada.

De momento es sólo el fin de este año, y esta grabación se estira mas que un chicle. Ayer Fino hacía esta importantísima reflexión: "jo, es que este disco lleva mucho trabajo". Yo me río porque es tan típico de Fino... ¿es que no se había dado cuenta hasta ahora? ¿Es que pensaba que sería coser y cantar meter todas esas guitarras en cada canción? Una que hace guaung-guang, otra que va trananán-tan, otra con el tutitu-ting-taton... etc. En cualquier caso, es él quien más trabajo se echa encima, y el que lo va a flipar cuando tenga que mezclarlo todo. Pero sé que es su forma de hacer, y el resultado siempre mola... y mola por todo ese trabajo que hay detrás, así que no hay quejas. Solamente me sigo preguntando de dónde saca la energía. Cuando yo ya estoy escurriendome por las paredes, el sigue ahí, concentrado sobre la pantalla del ordenador repasando el medio millón de pistas. Como dice Juan Ferrari "este se cayó en la marmita de pequeño". ¡No hay quien te siga el ritmo, Finespector!
La baqueta mágica
Para el Jueves teníamos que grabar las cuatro canciones que faltaban. A tenor de lo que habíamos rendido los días anteriores, parecía muy posible que salieramos del estudio ya de día. Sin embargo la sesión fué bastante rodada, en buena parte gracias a que César encontró una solución para las dos canciones de corte más "folkie", que no acababan de cuajar. Se fué por la tarde a pillar unas baquetas que son como escobillas pero de tiras de plástico - omito decir de dónde sacó la idea - y pim pam pum, en tres horas, dos canciones menos. Una la canta Fino, y no se si la habíamos ensayado una vez siquiera, asi que fué un alivio que saliera casi inmediatamente. La otra la canto yo y más que "folkie", es un poco "de misa", que es un género estupendo, lo tengo yo muy hablado con Nacho Mirafiori. Mucha gente utiliza ese calificativo en sentido despectivo; a mí me da igual. El caso es que le habíamos dado mil vueltas porque no llegaba a salir como en la maqueta y yo la quería igual. Finalmente funcionó y nos pusimos muy contentos, saltos y abrazos incluídos. Hubiera sido un poco "drama" que esa canción en especial se quedase a medias. 
Después vino Pedrito Camacho, que es el bajista que lleva tocando con nosotros desde la presentación del anterior disco de Clovis. Con él grabamos "en sueños" y "detrás de las puertas", que son las que más nos imaginamos como singles potenciales, aunque evidentemente nada de esto está decidido aún; habrá que esperar a ver qué sorpresas nos deparan el resto de canciones cuando ya estén acabadas. Nunca se sabe.
Como Fino no tenía que tocar, pudo concentrarse un poco más que los otros días en producir y dirigir. Estaba pensando que es una pena que Fino pase olímpicamente de internet, porque podría escribir un diario mucho más interesante que este, contando toda la parte técnica, hablando de los instrumentos, los aparatos y todos esos rollos que apasionan a la mayoría de los músicos. A la mayoría, he dicho.

En fin, que la base del disco está ya grabada y estamos muy satisfechos. Ahora quedan todas las guitarras de Fino, algunas más de Nacho, teclados, voces, coros... nah, poca cosa.
Tercera sesión
Olvidé contar que, despues de cargar todo el equipo del local al estudio el primer día, Fino hizo un gesto tonto moviendo no se qué y le crujió la espalda. Así que ahora anda raro, se pone de ibuprofeno hasta las cejas y tiene que estar sentado casi siempre, lo que es francamente duro para alguien como él, que no para de moverse hasta cuando duerme. Eso sin tener en cuenta que es el momento menos oportuno para tener un tirón en la espalda. Ayer conseguimos que no estuviera de pie todo el rato, gracias a que me tocaba a mí meter el bajo en dos canciones.
Estaba bastante cagada porque es la primera vez que grabo un bajo en serio para un disco. Cuando tenía 17 años me ponía el Doolite de los Pixies en mi casa y tocaba encima, pero no es lo mismo, claro. Al empezar a hacer las canciones nuevas Fino cogió la guitarra y yo me puse a tontear con el bajo, pero sin ninguna intención de grabarlo después, solo por diversión. Pero a él le gustaron un par de cosas que se me ocurrieron y decidió que yo grabase "la larga" y "la oscura". Se que no es para tanto, pero a nivel personal es muy importante para mí hacer pequeñas cosas que querría hacer y nunca me atrevo. En este aspecto, además de Fino, también me ayuda mucho Nacho; desde que le conozco siempre me ha apoyado un montón.

Todos me arroparon para estar segura, y creo que conseguimos darle el clima que las canciones pedían. En el resto de canciones yo voy cantando por un micro desde el control (independientemente de que mas tarde la voz definitiva sea la mía o la de Fino) pero en estas dos era Fino quien iba haciendo la voz de referencia. En la que llamamos "la larga" - aunque como casi todas las del disco, apenas llega a los 3 minutos- estamos ahí tocando, empieza Fino a cantar y yo empiezo oir a Joaquín Pascual, de Travolta... ¡igualito! Casi se me sale el corazón por la boca de la impresión. Todo esto tiene mucho que ver con todo el proceso de las nuevas canciones de Clovis, pero ya cuento en otro momento.
Ayer estabamos realmente cansados. Grabar de noche tiene el inconveniente de que no descansas igual; consigues dormir 6 horas como mucho y te levantas fundido. Intentas resolver los pequeños marrones de la vida diaria (el resto del mundo no se adapta a tu horario, ¡maldición!) pero todo se te hace cuesta arriba por el cansancio. Comes y te entra sueño, así que te echas una horita y te tienes que ir al estudio, con la cabeza un poco embotada. Y sacas energía de algún lado, por aquello de que lo que estás grabando quedará para siempre así, y meses y meses de trabajo previo tienen que quedar reflejados en unos cuantos dias. Más o menos como unas oposiciones; algo injusto. De todas formas sabemos que es lo que hay, y poder contar con el cariño y el esfuerzo que Nacho, César, Michel y Pedrito (que viene esta noche) estan haciendo por nosotros es verdaderemente un lujo. Así que antes de ponerme definitivamente sentimental, me voy a la ducha, que hoy toca darse la paliza definitiva.